La estrategia del oficialismo es tirarle la pelota a la oposición por la demora en la aprobación de la norma impositiva en la provincia de Buenos Aires. Con diferencia de minutos, el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, y el gobernador Axel Kicillof apuntaron contra la oposición por las trabas en la aprobación de la Ley Impositiva.
El enojo proviene de que Juntos por el Cambio no asegura aún la votación de la norma pese a las modificaciones que el Ejecutivo le realizó al texto que busca reformar el sistema impositivo, y que fueron solicitadas por la propia oposición. Por elevación, también desde el oficialismo le apuntaron los cañones a María Eugenia Vidal y Federico Salvai, a quienes consideran responsables de no encolumnar a sus legisladores.
Pese a la contraofensiva del Ejecutivo, aún no está para nada definida la posibilidad de que se arriben a los consensos necesarios para poder aprobar el proyecto de ley. Sólo resta que Juntos por el Cambio dé a conocer cuál es su opinión sobre las modificaciones enviadas por el gobierno de Kicillof y si las acepta o planteará nuevos cambios.
Esta estrategia del oficialismo tampoco aparece como demasiado clara si lo que verdaderamente lo que se busca es encontrar puntos de acuerdo. Desde Juntos por el Cambio ya han mostrado su enojo por las maneras en los que desde el Frente de Todos “nos quieren empujar a votar un impuestazo”.
Una alta fuente de Juntos por el Cambio le dijo a La Tecla que no contestarán en medio de la negociación las acusaciones que emanan desde la Gobernación. En Juntos por el Cambio atribuyen el enojo a que todavía hay puntos que se deben seguir discutiendo pero el Ejecutivo no quiere hacer más modificaciones.