La historia de los casi 400 caballos rescatados en pésimas condiciones (y presumiblemente robados) de un campo de Tristán Suárez, en el partido de Ezeiza, al Sur del GBA, sigue sumando capítulos. Esta vez, más alentadores.
Después de días difíciles en los que los rescatistas que hicieron guardia las 24 horas en el predio fueron amenazados dos veces en la noche por grupos de cuatreros que querían robarse algunos caballos, finalmente SENASA autorizó el traslado de los animales a un lugar más seguro.
“Nos llevó cinco días el operativo y pasó de todo. Se complicó porque los caballos tenían pánico de subir en camiones de policía con rampas muy altas. Hubo que hacer una manga especial, traer otros caballos para arrearlos, construir un corral… Se escapaban por el estrés. Cada día fue un suplicio”, cuenta Flor, rescatista de una de las ONG’s que desde el primer minuto velan por los animales.
Y sigue: “En un traslado, un camión se rompió y hubo que bajar a todos los caballos. Nos queríamos morir”. Finalmente los animales están a salvo y la nueva ubicación por ahora no se difundirá como medida de seguridad, ya que en estos más de dos meses desde que se conoció la noticia hubo varios intentos de robo de ganado y de elementos que los rescatistas utilizan a diario.